Luneando

Luneando
Sigue la luz que te inspira

martes, 24 de mayo de 2011

Ocho sílabas y dos palabras

‘Te enseñaré a decir...Te amo
comprendiendo el gran valor de lo que dices,
y desprenderás las alas....’
Estrenaste mi alma para convertirla en hielo.
Es tan difícil que un Te quiero se escape de tus labios,
no sujetarlo hasta que se deshaga en la humedad de tus dientes,
no pensarlo mientras te esfuerzas en que se disuelva 
en olvido instantáneo por la vergüenza a no acompañarlo, 
además de aire,
de tu voz gemela,
o por el miedo a decirlo antes de lo pensado 
sin escoger el mejor momento.
El primer Te amo es trémulo, ingenuo, inolvidable.
Pero un día se convierte en sangre, en dolor.
Y ese día el sentido de un Te quiero es más que el propio sentimiento.
El amor madura, se hace frío, gana en ego y llega a ser arrogante.
Pero el Te quiero es bello,
sentido para dentro o realizado para fuera.
Me regalaste un Te quiero que nunca vio la luz
y hoy le regalas un billete del que no conoce destino.
Me duele el Te quiero que siembras cuando te quemo
pero agradezco el hielo que me permite esta cruz.
Porque te siento, porque las ocho sílabas de esas dos palabras
acarician mi lengua dejándome sentir tu tacto.
Porque no hay regalo más bello que mirar cómo me miras
dejando que mis ojos, que no tienen cortina, adivinen
esas ocho sílabas de las dos palabras 
que acabaron con cualquier posibilidad de ver 
más allá de tus ojos.
Y no me importa que tus labios no se muevan
al son de este sonido,
ni siquiera me importaría que a ti no te acariciaran
porque cuando el sueño comienza a apagar tus ojos
empuja a mi deseo a acunarte, a mimarte.
Porque tus defectos se han convertido
en mi propósito nocturno,
y duermo con ellos para que se sientan cómodos
cada mañana.
Porque prefiero no tener día a perderlo sin saber de ti.
Ese ‘Te quiero’ que no tiembla pero tampoco 
me ahoga en agua salada,
y me deja libre, como soy,
es el amor que no pide más a cambio
que seguir despertando entre Te quieros
que no ven la luz porque la crean ellos mismos.
Es que cuando río añoro tenerte a mi lado
para que comprendas lo feliz que me haces.
Es que cuando no estás y río tengo celos 
a mi risa porque se entrega a quien no debe.
Miro tu destartalada forma de andar 
pero la recuerdo 
como un baile de sirenas que dibujan en el agua,
te siento fluir y convierto tus protestas
en sonrisas.
Te amo. Desato mis alas y espero que el vuelo se entregue al aire.


La ceguera de tu rostro

Miro a través de tus ojos y ya no hay luciérnagas.
Los destellos que endulzaban mis ayeres
se han apagado, se han dormido.
Ya no me reflejo en tus ojos,
ya no te encuentro,
ya no te conozco.
Busco y busco y sigo en silencio,
observo cómo observas 
y ya no te quiero.
 Buscaría palabras que volaran
poemas de bellas escenas,
pero la sencillez de mis versos
definen lo único que es cierto.
Porque eres de carne y hueso,
porque otros desbancaron 
los momentos a los que
ponías fecha, rostro. Momentos.
Porque ya no te siento.
Sonrío al recrearme en tus guiños,
a los que asiento ingenua de mi alma,
en los que me deshago entre halagos,
en los que equivoco respuestas.
Ya no eres el único, 
ni tampoco el primero,
sólo eres un reflejo del engaño
que ya ni siquiera duele. 
Ya no te odio, más bien te quiero,
se curaron las heridas que
crearon nuestro amor.


jueves, 19 de mayo de 2011

Hoy soy una joven española



Ahora sí: soy joven, española y siento orgullo. No hace mucho escribí una reflexión en la que compartía con vosotros sentirme avergonzada, en ocasiones, de los colectivos a los que pertenezco. Entre ellos mencioné mi nacionalidad y mi generación. 
Lo justo es que hoy alabe el hecho de ser una joven española. Hoy soy más española y más joven que nunca.
Cansados estamos todos de ver cómo suceden los acontecimientos a nuestro alrededor y no poder formar parte de ellos, o más propicio en una semana como ésta, NO QUERER HACER NADA PARA FORMAR PARTE DE ELLOS. Es fácil juzgar lo que pasa en nuestro entorno, emitir juicios y valorar las soluciones. Pero nuestras vidas siguen fluyendo sin más, como ayer.
Hoy siento satisfacción por ver que mi pueblo, mi generación, tiene voz, y espero que pronto voto. Razón tienen aquellos que dicen que no se proponen soluciones prácticas, pero yo me pregunto ¿es que hay solución sin reflexión previa? Hoy la población lanza su grito de ‘Vasta ya’ como en pocas ocasiones se ha hecho en mis 31 años de vida, de forma colectiva.
Es la iniciativa y la valentía de enfrentarse a un Estado que debate sobre el derecho o no a la manifestación en época de reflexión electoral lo que enciende mi bombilla de la esperanza y me motiva para seguir creyendo en un mundo que nos pone a prueba y al que hacemos frente, de vez en cuando. 
Otros hablan de una ola de rebelión mundial. La raíz y el origen de este 15-M se escribirá  en los libros. Hoy lo que importa es que hay una raíz de la que hablar, un principio popular sobre el que reflexionar y un punto de partida sobre el que trabajar.
Mi única pena, no estar en la Puerta del Sol de Madrid.

domingo, 15 de mayo de 2011

Primer día de Primavera (Primer Capítulo)

Despertó con un nuevo paisaje. Bicis, sol y sonrisas sin nombre. Lo vivido en los últimos meses parecía un espejismo. Su casa olía distinto y el color del asfalto había ganado en definición.
Escogió una ruta y salió a la calle a descubrir el nuevo sueño en el que había despertado.
Su gesto se iba contagiando de las ardillas, que corrolateaban persiguiéndose unas a otras con la necesidad de jugar al aire libre todo lo que habían tenido que reprimirse. El agua, que cobijaba las piedrecitas de un fondo multicolor, le animó a sentarse frente a las diminutas, pero gigantescas, montañas verdes que envolvían al Parc La Fontaine.
Podía disfrutar la mezcla perfecta para un día de primavera, la paz del entorno junto al sonido de las risas sanas de todas aquellas personas que debían haber llegado ese mismo día a la ciudad y se estiraban, en forma de picnic, a lo largo del césped. En la misma conversación intercalaban palabras en inglés y francés, incluso a veces algún despistado terminaba la expresión en español.
Qué sensación de libertad. Se respiraba entusiasmo, “y es sólo el principio”. Una voz intensa pero que sonaba a sonrisa le distrajo de su absorto momento de luz.
-¿Cómo sabes lo que estoy pensando?
- Nadie se libra de ese pensamiento, no hay excepción el primer día de primavera.
Intentó buscar el rostro de aquel sonido masculino, pero el sol penetró en sus ojos dejándole sin visión, sin resolver. 
Después del pestañeo y reencontrarse con el colorido momento no encontró más que el lago, el verde y las mantas a cuadros que sujetaban la paz de sus vecinos.
Un escalofrío le invitó a levantarse de la primera parada del primer día de primavera y continuar su camino en busca de nuevos descubrimientos. 

Paradise (Segundo Capítulo)




Como el que ve una luz al final de un oscuro paisaje se iluminó un autobús en el que sólo se leía su destino: Paradise. Pensó que esa calle o barrio debería tener algo especial para que alguien decidiera algún día ponerle ese nombre. Sin pensarlo más subió el alto escalón que le separaba de su nueva y, aunque aún no lo sabía, larga aventura.
Habían pasado pocas horas desde que despertara de un sueño que ya no le decía nada, que se había convertido en un remoto pasado. Sin embargo, presentía que su vida había tomado un cariz distinto. Sin más preguntas ante tal sensación comenzó a sentir un terrible cansancio, apoyó la cabeza sobre el cristal y dejó caer sus ojos.
Volvió a amanecer. La humedad de sus labios, que denotaba tranquilidad rotunda, le despertó con suavidad. Cuando consiguió despegar sus pestañas, sin antes tener consciencia de dónde estaba, miró a su alrededor: el afable y sonriente hombre que había comenzado siendo su vecino de viaje ya no estaba a su lado, “¿Habré perdido la noción del tiempo y estaré dando vueltas a la ciudad montada en un autobús del que no conozco su destino?”.
Todo parecía distinto otra vez. No recordaba que el asiento fuera tan blando ni tan amplio, y el color también parecía haber sufrido una metamorfosis. “¿Qué ha pasado con el conductor? ¿Por qué ahora es una mujer? Ha debido acabar su turno y han hecho el cambio mientras dormía”. Decidió no seguir haciendo preguntas y disfrutar del entorno....la ciudad había quedado atrás, el escenario que le acompañaba seguía siendo de verde y agua, como a primera hora de la mañana, pero en mayores dimensiones. Una carretera y.....”¡Nadie a mi alrededor!”.
La incredulidad se apoderó de nuevo de ella y repitió ese gesto de pestañeo con el fin de aclarar su realidad. La nueva imagen no se alejaba un ápice de la anterior: una conductora a la que no había visto antes, verde, azul, un cómodo asiento y una carretera, cortada por la niebla, pero que se intuía larga y constante.

-“Excuse moi, where are we going, madame?”
- New York.
El tono de su cara se apagó, pero poco le costó recuperar el color y dibujar una sonrisa. No sabía qué estaba ocurriendo, no entendía cómo cambiaba de escena sin pretenderlo, pero estaba segura de algo.....iba a dejarse llevar por los acontecimientos, por el viaje escogido por la propia vida.
Volvió a sentarse y dejar que sus párpados emitieran un último suspiro antes de enfrentarse al nuevo capítulo de su primer día de primavera. 

martes, 10 de mayo de 2011

Tus huellas

Giras y giras mientras perfumas diferentes mis días.
Vuelcas ilusión en la telaraña de mi ventana.
Porque es derramando el aliento 
sobre mi colcha, 
mientras susurras que hay otro mañana,
cuando intuyo un principio,
ése que me araña.
No permanecen sus dedos sobre mi vientre,
ni saben mis besos a los suyos,
pero me invaden sus caricias 
dando nombre a mi soledad.
Giro la cabeza, como tú los días,
en busca de un tacto que me borre sus huellas.
No encuentro la firma de su risa,
sólo el llanto de los minutos,
y guardo las pistas que me alejan del silencio.


sábado, 7 de mayo de 2011

Corazones rotos



Saltan chispas que después se convierten en cenizas.
Sonríes días que cuando se repiten vienen acompañados de lágrimas.
Vives desde la ilusión sensaciones que se convierten en mentiras.
Un corazón roto representa el desengaño del mundo,
las penurias que se convierten en verdades
con el paso de los años.

jueves, 5 de mayo de 2011

Quiero otro mundo para mis hijos

El aplauso al asesinato es una de las mayores vergüenzas que me toca vivir como ser humano. La hipocresía de una sociedad que lucha por La Justicia partiendo del absurdo y el escándalo, alardeando de asesinar y torturar, no importa a quién ni por qué, no es el mundo al que deseo traer nuevas vidas. 
A lo largo de mis años he sentido vergüenza ajena y personal por demasiadas cosas, así como por pertenecer a demasiados colectivos. Desde mi género, pasando por mi generación, por mi ciudad de nacimiento o mi nacionalidad. De lo único que jamás he sentido vergüenza es de haber nacido en la familia que lo he hecho, ya que soy una privilegiada.
Sin embargo, me siento orgullosa de ser mujer por todos los logros, y los que nos faltan, a lo largo de nuestra discriminatoria historia; a mi generación le ha tocado sufrir el cambio intrínseco de un país que quiso recuperar lo que un sólo hombre le quitó a palos de ciego, en muchas ocasiones, y la confusión era necesaria. Aún así no salimos tan mal...muchos crecimos con inquietudes de cambio; lo de mi ciudad es de libro, ¡qué poco me identifico en tantas cosas, pero cómo la quiero y la echo de menos!; España es un adolescente en medio de un mundo de mayores que tiene mucho que aprender, pero su buena fe dará sus frutos tarde o temprano.
Pero yo me pregunto, ¿que nos salvará al ser humano? Todos coincidimos en repudiar el dolor, el daño, la muerte injustificada...pero aquí lanzo un grito a la ‘Justificación de la muerte’. No entraré en si me complace o no la muerte de Bin Laden, pero sí dictaminaré que estamos locos si vanagloriamos a nuestros gobernantes por jactarse de una muerte, si lo celebramos como si hubiéramos recuperado la dignidad y si admitimos que la lección que se dé a nuestros hijos sea...’Ojo por ojo, y diente por diente’.
De vergUenza y pérdida de dignidad. Cultivemos valores para transmitir a un mundo en peligro de extinción y centremos nuestros esfuerzos en cultivar vidas, no en quitarlas.


lunes, 2 de mayo de 2011

Tacto de tu aliento

Caricias que desprenden calor sobre mi sexo,
húmedas caricias con un tacto flexible.
Sabes dónde buscarme, me hablas sumergido
e intuyo que me miras pero mis ojos
no saben devolverte la mirada.
Miro al cielo que está negro y 
me dejo volar por el aliento que me acaricia.
Conduces tus manos por mi cordillera 
resbalando la selva de tu palma por mis rugosas erupciones.
Y mi cuerpo virgen baila sobre las sábanas 
sin más melodía que el flexible tacto de tu aliento,
que lejos de mis labios me invita a deshacerme en suspiros.
Gimo sin orden, ni causa, sin control...
Me impacienta tu encuentro en lo alto de mi vista,
me impaciento por ver si tu rostro finge tanto como el mío
el placer al que invita el flexible tacto de tu aliento.
Y no puedo esperar más, te dejo allá,
donde te sientes mío,
dónde manejas mis suspiros y
meces mi cuerpo desnudo al antojo de tu culto.