Luneando

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Sigue la luz que te inspira

domingo, 15 de enero de 2012

Te invento

Sé que te invento porque te escribo,
porque ningún presente se convirtió 
en futuro sin los versos de amor 
que destrozan mis labios
para crearte del dolor de mis manos.



Déjame tus recuerdos y tus besos

La vergüenza se apodera de mis mejillas.
Salto con fuerza al centro del asfalto
para huir de canciones, de poemas, de mentiras.
Esculpo las noches de sexo mientras espero crear 
miradas penetrantes que me desnuden el alma, 
que me hablen de amapolas y me duerman 
a la hoguera del silencio.
No son muchos los que escuchan mis pupilas
ni muchos los que me convierten en escultora,
como tú no necesito caricias 
pero sueño con tus manos de cartón y 
tus labios de recuerdos.
Porque son ellos los que encienden mi asfalto
y son ellos los que derrumban la escultura
de la noche. A ellos les debo tus besos, 
a ellos les debes mis caricias.
Déjame con ellos a solas mientras tú
arrancas las olas que hace un año
allanaron mi orilla hueca y fría
y mientras yo aprendo a mirarte 
desde el negro del asfalto,
y desde el espacio que nos llevó del sur al norte,
que aumentó entre océanos y que hoy
despista nuestros ojos, nuestros rostros, nuestros labios.
Mientras me pierdo en tus besos 
y desplazo el deseo vengativo que nos empuja
al fondo del silencio del cuarto de tus horas.